Isidro Toro Pampols .·.
Los hispanoamericanos hemos visto a Canadá lo con un halo de romanticismo, incluso como una oportunidad de porvenir de nuestras regiones con el apoyo abierto y franco de sus autoridades. Pero las noticias que llegan desde el país del norte no son halagüeñas y llaman a preocupación.
Según las reseñas de algunos medios hay sondeos de opinión que colocan sobre relieve la preocupación de como se esta gestionando Canadá. Hay intranquilidad por el aumento del costo de la vida, la calidad de la atención médica, la falta de vivienda asequible y la escasez de empleos que es un tema recurrente en muchas ciudades.
Pareciera que impera la política de autoengrandecimiento por parte del Gobierno liberal, además aumentan las dudas sobre el manejo presupuestario, formalizar contratos, manejo de las relaciones con grupos extranjeros y aumento de la deuda pública.
En febrero de este año Justin Trudeau, primer ministro liberal de Canadá, sobre la base de que "durante demasiado tiempo, los gigantes de la web no han logrado mantener seguros a los niños en línea”, propuso un proyecto de ley, la C-63, que busca controlar los contenidos en las redes sociales. El punto nodal de este tipo de instrumento es su alcance y el grado de discrecionalidad de quien la emplea, ya que los limites usualmente son tan difusos que la aplicación se puede convertir fácilmente en un instrumento de coerción.
Lo cierto es que ese Canadá romántico que percibíamos desde Hispanoamérica ya hoy no es tan agradable como lo era en un pasado no tan lejano y que ha sido infectado por políticas que, bajo el manto de una manipulación de defensa de los derechos humanos y la solidaridad hipócritamente operada, han creado una atmosfera de intranquilidad tanto a los canadienses originarios como aquellos de buena voluntad que han sido acogidos en esa tierra de oportunidades.
noticieroalternativo@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario